1.-

Respeto y revaloración de conocimientos tecnológicos, productivos, culturales y organizacionales tradicionales
Los conocimientos tecnológicos, productivos culturales y organizacionales de la población rural andina guardan estrecho vínculo con su cosmovisión de cultura de alta montaña, región donde nacen los acuíferos del continente.
Estos conocimientos vinculados a un extraordinario y tradicional manejo de los recursos naturales, en el pasado les permitió cubrir adecuadamente las necesidades, de conservación, medicina, casa, alimento, vestido, predicción climática, expresión artística, entre otras: Tenemos algunos de los ejemplos emblemáticos del manejo de los recursos naturales andinos:
Agua: Canales de riego que llegan a cada rincón de los andes, conocimientos para el manejo del concepto, siembra y cosecha del Agua!
Suelo: Manejo del suelo, andenes y demás tecnologías agrarias complejas.
Biodiversidad: Centro de origen del 35% de las especies agroalimentarias del mundo. Además de una flora medicinal basta y antigua que pasa de la medicina tradicional a la complementaria.
Clima: Manejo de los pisos ecológicos y de sus ciclos climáticos
Minerales: Conocimientos de uso medicinal, agrario, artístico y utilitario.
En la actualidad puede decirse que dichos conocimientos, tecnologías y tradiciones ancestrales coinciden plenamente con la tendencia mundial de buscar formas de vida que posibiliten el bienestar del hombre en equilibrio y armonía con la naturaleza de manera sostenible. En ese contexto el buen uso de los recursos naturales y fuentes de energía junto a la conservación del ambiente y la biodiversidad son temas trascendentales en el análisis de la problemática nacional de cualquier país. Es por ello que en momentos en que la continuidad de las generaciones futuras puede verse afectada por el deterioro de la naturaleza por su extrema explotación, debemos de recurrir a la sapiencia ancestral viva de estas poblaciones para restablecer el equilibrio con la naturaleza, reinterpretar nuestra forma de actuar en medios montañosos y sus estribaciones.
Dentro de los conocimientos y practicas organizacionales a revalorizar a nuestro juicio destaca el principio del AYNI o ayuda mutua que es el principio de reciprocidad que permite potenciar los esfuerzos individuales para realizar el bienestar colectivo, es la base de la cultura de las poblaciones andinas y amazónicas y del profundo respeto al prójimo y de distintas formas de reciprocidad con la naturaleza.

2.-

Soberanía alimentaria
La región andina es el lugar de origen fitogenético del 35% de las especies agroalimentarias del mundo. Espacio de cientos de productos vegetales altamente nutritivos y de poblaciones con conocimiento del manejo y tecnologías necesarias para su producción.
El propósito de este principio es la revaloración, buen uso, acceso a los productos agroalimentarios endémicos y derechos sobre ellos y sus tecnologías de producción por parte de las poblaciones rurales. Muchos productos de nuestra región son fuente reconocida de proteínas de alta calidad, carbohidratos, grasas, vitaminas, fibra, macro y micro nutrientes, oligoelementos y minerales, que podrían contribuir de manera decisiva en la lucha contra la desnutrición crónica de las poblaciones rurales en estado de pobreza extrema en nuestro país, fomentando la producción y comercialización de éstos productos a nivel local, regional y mundial.

3.-

Biodiversidad, biocomercio y servicios ambientales
La diversidad cultural, biológica y los conocimientos tradicionales constituyen el mayor patrimonio de nuestro territorio andino-amazónico, este patrimonio es de importancia estratégica para el desarrollo, la integración de los pueblos y el bienestar de sus pobladores.
Las actividades productivas que usan o aprovechan las especies de la biodiversidad nativa o Biocomercio, promueven la inversión y el comercio justo aplicando criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica, es decir conservando, manteniendo y restaurando las características de los ecosistemas, las especies, los procesos ecológicos y el hábitat, así como contribuyendo al bienestar de las poblaciones a través de la distribución equitativa de beneficios comunitarios y generando rentabilidad y competitividad a través del fortalecimiento de las cadenas de valor en las etapas de producción, manufactura y comercio.
A través de este Componente se trabajara además de manera expresa el tema de la retribución económica en el contexto de pago por servicios ambientales, a las poblaciones rurales que mantienen su rol como guardianes de los recursos de la naturaleza, permitiendo así a las poblaciones urbanas el uso de dichos recursos.

4.-

Acondicionamiento territorial, estrategia de cuencas, energías renovables
El acondicionamiento territorial es la forma planificada de atender las necesidades de supervivencia y desarrollo de la población asentada en una microcuenca o territorio con una visión sustentable, construyendo la infraestructura necesaria y organizando el manejo racional de los recursos naturales para la vida y la economía comunal.
En la región andina encontramos innumerables ejemplos ancestrales de ocupación y acondicionamiento territorial armónicos, en los que los asentamientos humanos no competían con las áreas con potencial agrícola, el agua era captada, almacenada y distribuida en forma óptima, los suelos eran preservados con prácticas altamente conservacionistas y con profundo conocimiento del comportamiento térmico y productivo de los materiales.
Proponemos como parte de la revalorización de los conocimientos ancestrales incorporar todo el bagaje de conocimientos que la población prehispánica desarrolló para un armónico acondicionamiento territorial: sistemas de andenerías, sistemas de cochas y bofedales, waruwarus, manejo de lomas y cultivo a través de huacchos entre otros.

5.-

Presencia del estado, responsabilidad Social Empresarial
Se suele entender al Estado como un ente supremo ajeno a la población, en nuestro concepto "Estado" es la población organizada en un territorio unida por una visión conjunta de vida y desarrollo que se sustenta en el bien común, cuya célula básica la constituyen las familias y en el caso andino también las familias ampliadas o Ayllu. El aparato estatal por su actuar urbano ha venido marginando a la población rural y permitiendo muchas veces que la actuación empresarial y pública atente contra los intereses y el bienestar de la población rural y el manejo adecuado de los recursos naturales y el medioambiente.
Actualmente hay consenso en que la actividad empresarial privada y la presencia del Estado deben de coincidir en favorecer a las poblaciones más necesitadas y tener un rol decisivo en la reactivación de sus economías. Los recursos naturales sujetos de actividades empresariales intensas extractivas en nuestro país, están en su gran mayoría en el ámbito rural cuyas poblaciones están en condiciones de pobreza y exclusión, en ese contexto el estado deberá promover políticas por un lado que estimulen su desarrollo e inserción en los mercados a partir de las potencialidades y capacidades de las comunidades rurales, así como las inversiones privadas en actividades extractivas y desarrollo empresarial con valor agregado en condiciones amigables al medio ambiente, y la Empresa desarrollara sus actividades con criterios de equidad y fomentando una cadena de valor que comparte beneficios económicos, sociales y ambientales que den la sustentabilidad a las generaciones futuras.

6.-

Decisiones participativas, transparencia y fiscalización local
La participación de la población en planificación, gestión y control de los recursos sean estos públicos o privados para la ejecución de obras y actividades que faciliten el desarrollo comunal, debe ser proporcionalmente inversa al tamaño del proyecto. Es decir en pequeños proyectos, la participación debe ser muy alta pues, sólo así se garantiza en primer lugar tomar en cuenta las prioridades comunales y en segundo lugar su ejecución (por razones de lejanía, por la poca rentabilidad para la participación empresarial privada entre otras) ya que la población los asume como propios y su mantenimiento y operación estarán garantizados.
En cuanto a la transparencia de la información sobre los componentes y recursos involucrados en la facilitación del desarrollo, ésta debe ser directamente proporcional al impacto que se quiera obtener, cuanto más transparencia más involucramiento de la población y mayor eficacia en la ejecución de las actividades de los proyectos.

7.-

Gestión de riesgo social y ambiental
El tema de la gestión de riesgo viene tomando una importancia creciente debido al significativo aumento de las vulnerabilidades y desastres a raíz del cambio climático, así como a las pérdidas y daños asociados, que impactan negativamente el proceso de desarrollo de los territorios y poblaciones afectadas.
La gestión de riesgo implica tener consideraciones e implementar medidas de preparación, prevención y mitigación que permitan disminuir el riesgo y la dimensión de futuros desastres con todas sus implicancias sociales y ambientales, en zonas o regiones amenazadas.
La gestión de riesgo debe integrarse como un elemento fundamental en los Proyectos de reconstrucción después de un desastre. Con este enfoque la reconstrucción con inclusión de gestión de riesgo tiene como objetivo no solo la reconstrucción sino la aplicación de nuevas respuestas técnicas y la inclusión de medidas de carácter institucional, social y ambiental, que fortalezcan a los actores para enfrentar posteriores desastres, en una visión de desarrollo.
Las poblaciones rurales en nuestro país están tradicionalmente sometidas a factores de riesgo muy conocidos y cíclicos como friajes, sequias, inundaciones y fenómenos del niño en la costa, además de las condiciones de vulnerabilidad al Cambio Climático y a sismos en ámbitos geográficos identificados con el agravante de su situación de pobreza extrema, lejanía e inaccesibilidad, lo que impide una atención inmediata y eficiente tanto en la emergencia como en la reconstrucción.
Por ello este principio es considerado estratégico dentro del Modelo Intillacta, para preservar los valores ancestrales culturales, tecnológicos y organizacionales de las poblaciones en los ámbitos rurales e interactuar en una permanente retroalimentación de conocimientos e información.